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UN DÍA COMO HOY… Fallece Eulalio González Ramírez, » Piporro».

UN DÍA COMO HOY... Fallece Eulalio González Ramírez, " Piporro"
Un día como hoy Fallece un querido personaje mexicano.

Primero de septiembre, pero hace 21 años, falleció uno de los personajes más queridos de la cultura popular mexicana (específicamente del norte del país): Eulalio González Ramírez, » Piporro» (1921-2003), un auténtico renovador y reinventor del lenguaje y del humor.

Como la historia particular de cualquier persona, en un tiempo determinado, el espacio geográfico definió culturalmente a Eulalio González, quien nació en el municipio de Los Herreras, Nuevo León, el 16 de diciembre de 1921, en el contexto del gobierno del Gral. Álvaro Obregón.

Primogénito del empleado aduanal, Pablo González Barrera y de la ama de casa, Elvira Ramírez, el pequeño Eulalio abrevó todo un cúmulo de referentes de aquella región norteña del país, en un contexto complicado y de notable incertidumbre, tras la finalización de la Revolución mexicana.

Aunado a lo anterior, la futura estrella del espectáculo tuvo una infancia errante debido a la actividad laboral de su padre, quién se trasladó con su familia a diversos municipios fronterizos del norte de México, para edificar un horizonte de expectativas más halagüeño.

En este incierto panorama de errancia y estrecheces económicas, la familia González Ramírez se mudó a Ciudad Guerrero, Tamps., un pequeño poblado que quedó sumergido en las aguas de la famosa Presa Falcón. Posteriormente, se trasladaron sucesivamente, a los municipios de Los Guerra, Reynosa y Matamoros, todos en territorio tamaulipeco.

A principio de la década de los cuarenta, Eulalio González se mudó a la industriosa ciudad de Monterrey, que se convirtió en su segunda ciudad adoptiva al estudiar en la capital de Nuevo León, la carrera de Medicina que poco después abandonó.

De manera azarosa, se involucró en el terreno periodístico, como reportero y redactor en el periódico local, «El Porvenir». En dicho medio encontró, de manera azarosa, las redes que lo llevaron al pujante espacio de la radio local y fue tan súbito su éxito, que en 1942, se convirtió en el principal locutor y conductor de radio de las estaciones regiomontanas «XEMR-AM» y «XEFB».

El espacio radial fue determinante para la futura estrella del cine mexicano, puesto que Eulalio González, al gual que otros artistas contemporáneos suyos, como Germán Valdés «Tin Tan» o Arturo de Córdova, encontró en el medio radial el lugar idóneo para estimular sus múltiples virtudes histriónicas y de improvisación.

Casi al mismo tiempo, Eulalio González estudió contaduría, carrera que sí terminó pero que no ejerció. En 1944, llegó a la capital del país para buscar trabajo en la máxima estación radial de América Latina, la «XEW», como locutor anunciante, pero gracias a su buena dicción, tono de voz y capacidad actoral se instaló cómodamente en las radionovelas, un género muy popular durante la segunda mitad del siglo XX.

En las diversas radionovelas en la que Eulalio González participó, hizo toda clase de roles, pero tras ganar en 1949 la audición para la radionovela de la XEQ «Ahí viene Martín Corona», su vida cambió radicalmente, al encarnar a un anciano simpático y dicharachero, apodado «El Piporro». El programa tuvo un gran éxito por la historia y, sobre todo, porque el protagonista de la misma, era el ídolo Pedro Infante.

La radionovela fue llevada al cine con el propio Infante, Sarita Montiel y Eulalio González, quién a pesar de contar con treinta años de edad, interpretó con notable simpatía y con el pelo pintado de blanco, al simpático anciano mentor de Pedro Infante en la película dirigida por Miguel Zacarías..

Así, «El Piporro» introdujo en el cine nacional y con un sentido lúdico a la peculiar identidad fronteriza del “norteño” basada en la inserción de patrones de la cultura del noreste de México, específicamente del estado de Nuevo León, pero también en la novedosa manera en que el actor cómico entendió y ejerció el humor, el relajo y el uso del lenguaje y la entonación del mismo, en un cine nacional acostumbrado a lo contrario, es decir, al centralismo y al melodrama moralino.

Sucintamente, la historia del éxito de Eulalio González «El Piporro» se puede resumir en la colaboración constante en roles secundarios en filmes protagonizados por su padrino artístico, Pedro Infante («Ahi viene Martín Corona», «El enamorado», «Gitana tenías que ser, «Cuidado con el amor», «Los gavilanes» y «Escuela de música») hasta cobrar un notable protagonismo en numerosos filmes en los años sesenta ya asentado en el estereotipo norteño que lo consagraría.

Sin embargo, en mi opinión lo más valorable en «El Piporro», más allá de sus cualidades histriónicas y natural simpatía, fue su loable actitud de encarnar orgullosamente al hombre de provincia que se impone en la capital sin importarle ser tachado despectivamente como «provinciano», «pueblerino» o «ranchero» como acontecía en aquellos años y como sucede actualmente.

Por ello, como apuntara en su momento Carlos Monsiváis, si bien «El Piporro» redujo la realidad en la gestación y consolidación de su estereotipo, supo mostrar con mucho orgullo en sus películas y en sus presentaciones musicales su atuendo característico: sombrero texano, chamarra de piel con “barbitas” y sus infaltables botas.

De manera adicional, al estereotipo norteño (valiente, simpático y enamorado) que gestó Eulalio González lo trasladó también a otro rol muy digno de interpretar y poco valorado hasta entonces: el bracero, mojado o espalda mojada..

Así, en 1953 Eulalio González destacó por su actuación en la película «Espaldas mojadas», del gran director Alejandro Galindo (ganó un «Ariel» por mejor actor de reparto). Más adelante explotó esta fórmula con «El bracero del año» (Dir. Rafael Baledón, 1964), «El Rey del Tomate» (Dir. Miguel M. Delgado, 1964) y «El pocho» (Dir. Eulalio González, 1970), esta última película con una propuesta de su autoría muy valorable al denunciar de manera crítica la realidad fronteriza.

Para la década de los sesenta del siglo pasado, Don Eulalio González se había convertido en una de las más grandes figuras de un cine mexicano que había dejado atrás su etapa de esplendor y trataba de refundarse, debido a sus simpáticas parodias, unidas a sus múltiples y jocosas composiciones (destaco su famosa canción «El taconazo»).

Dentro de su vasta filmografía podemos apreciar como «El Piporro» inventó con gracia a Natalio Reyes Colás para parodiar al reconocido músico Nat King Cole en la película «El bracero del año»; o protagonizó con «La doña», María Félix el simpático filme «La Valentina» (Director, Rogelio A. González, 1966).

Asimismo, mostró el dominio de su personaje en distintos géneros, como la ciencia ficción «a la mexicana» en la ahora cinta de culto «La nave de los monstruos» (Dir. Rogelio A. González, 1960); o se salió del estereotipo norteño para interpretar con soltura oficios populares: taxistas, toreros, sacerdotes, etcétera.

Más allá de su importante legado fílmico o su colaboración en la célebre «Caravana Corona» (empresa artística itinerante patrocinada por la compañía cervecera) o en Plazas de Toros en que combinaba el canto con suertes de torero; los últimos años de Eulalio González se fueron en presentaciones en programas televisivos; algunas telenovelas y películas menores.

De igual modo, en los años finales de su vida redactó sus célebres memorias «Autobiogr…ajúa! y anecdotaconario» (México, Edit. Diana, 1999), libro que presentó el cronista e intelectual Carlos Monsiváis, quien con su tono habitual de falsa solemnidad, señaló «que desde la Edad Media nadie había inventado tantos refranes como ‘El Piporro'».

Aunado a lo anterior «El Piporro» todavía tuvo el empuje para colaborar con su gracia y talento habituales en producciones discográficas con trovadores clásicos como el gran Óscar Chávez, pero también con músicos innovadores como el tamaulipeco Jaime López (quién acuñó la frase-homenaje: «Por mi raza hablará el Piporro»).

Con una actividad constante hasta el final de sus días, finalmente el 1° de septiembre de 2003, falleció Don Eulalio González «El Piporro» víctima de un infarto al corazón y a punto de cumplir 82 años de edad.

Pero más allá de su deceso, como suele ocurrir con figuras de su mayúscula dimensión, afortunadamente hemos sido testigos del nacimiento de uno de los más grandes artistas mexicanos de la pasada …

Imagen: Eulalio González «Piporro» en un fotograma de la película «Los chiflados del rock and roll» (Dir. José Díaz Morales, 1957).

Véase también de un servidor: https://laeramainstream.com/2018/02/26/eulalio-gonzalez-la-piporrizacion-del/

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