LA CAMPAÑA DE AFILIACIÓN DE MORENA

MILITANCIA DE MORENA

Comienza La Campaña de Filiación del Partido Morena.- Escrito por Joaquín de la Lama.


Este 2025 apertura la campaña de afiliación más ambiciosa en la historia de los partidos políticos mexicanos, MORENA habrá de esforzarse para afiliar 10 millones de militantes, tarea autoimpuesta al partido-movimiento por su dirigencia nacional, proyecto harto complicado, pese a que es hoy, el centro político gravitacional en torno al cual orbita nuestra vida pública y que dicha cantidad, representa solamente una tercera parte de sus votantes.

Sin embargo, la verdadera encrucijada para la viabilidad del partido como eje de la transformación de México, no se encuentra en aspectos cuantitativos que, si bien resultan importantes, no dan ni soporte, ni dimensión para alcanzar el cambio profundo y verdadero que el país demanda, estoy convencido de ello.

Esto nos plantea necesariamente la interrogante de…

¿Qué necesitamos como partido, crecimiento, extensión o profundidad, definición? Evidentemente la extensión fue necesaria para arribar y conservar el poder, para implementar cambios que resultaban necesarios para revertir los instrumentos estructurales del periodo neoliberal. De ahí que, a no gustar, fuera necesaria una dosis (a veces exagerada, otras repulsiva, amarga y/o nauseabunda) de pragmatismo.

Con esa receta aceptamos dirigentes que no cumplían con los requisitos para ocupar los cargos de dirección formal del partido, afiliados de último minuto, oportunistas que habían votado en favor de las reformas del “Pacto por México” al que esencial y naturalmente nos opusimos, aceptamos y apoyamos candidaturas de personajes que férreamente nos combatían, mercenarios que meses antes aún nos agraviaban y se expresaban en forma denostativa de nuestros referentes y que públicamente habían representado y defendido todo aquello por lo que luchábamos, lo que día a día combatíamos. Una verdad dolorosa, pero irremediablemente cierta. Si esas adiciones sumaron o restaron, cada cual tendrá su opinión. Habrá unas que sí, habrá otras que no.

He sostenido públicamente, que no creo en una izquierda autofaga, infestada del infantilismo sectario denunciado por Lenin, sigo pensando que nuestro partido debe ser cada vez más abierto y por ello, necesariamente cada vez más congruente, exigente con sus referentes y militantes, de ahí que considere que una política de alianzas establecida con el exclusivo fin de obtener y mantener el poder, resulta ya, hoy día, a nivel nacional, no solo innecesaria, sino auto lesiva, por lo que deberíamos apostar a partir de ya, por profundizar en nuestro proceso de construcción, basado en respetar, consolidar y fortalecer nuestros estatutos, valores, principios y prácticas.

Atrás debe quedar el periodo de postergar para mejores tiempos, los derechos de la militancia, del “no ver o no saber”, de los acuerdos cupulares y las explicaciones “para después”. El partido debe estar abierto al diálogo y el debate, dispuesto a afrontar los reclamos de la militancia y aperturarle las vías de acceso para los espacios y las tomas de decisión.

No debe tomarse a la militancia por ingenua, ni exponer al movimiento a perderse en la lógica electorera, no puede habituarse el partido a la práctica de las decisiones cupulares, tomadas en lo oscurito.

Es verdad que los partidos así como acumulan fuerza, también acumulan vicios, de ahí que ampliar nuestra base militante, no debe implicar la maleabilidad o elongación de principios, ni flexibilizar nuestros valores.

Quienes se auto califican de izquierda y creen que con inscribirse como militantes, se aprecian como tales, se convierten automáticamente en parte del movimiento, debemos decirles de manera clara que tales acciones no les transmutan inmediata, ni aparente y menos irremediablemente en tales.

No será firmando decálogos y compromisos (que luego entran en pausa, apenas llegan los tiempos electorales), como se defina a un militante, es preciso que estos se incorporen de verdad a nuestra cultura política, a la disciplina y pensamiento de la izquierda, a su actuación congruente, sin excusas, ni falsos pretextos.

Los militantes de verdad, deben ser irremediablemente practicantes, no hay cabida para medias tintas ni indefiniciones.


Licenciado Joaquín de la Lama.

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