De Luis Bárcenas Vázquez
A siete días de la elección para la Presidencia de la República es muy probable que la mayoría de los electores ya tengan su voto decidido y nada de lo que se diga de aquí al 2 de junio hará cambiar su decisión. Sin embargo, también es cierto que millones de ciudadanos deciden su voto hasta los días u horas previos a emitirlo, o, incluso, hasta que están frente a la boleta. Por eso considero que, dejando de lado las mentiras o medias verdades, el odio y las perversidades que lamentablemente forman parte de las campañas electorales, es oportuno enfatizar las razones fundamentales que deben impulsar el voto por Claudia Sheinbaum Pardo.
La primordial es que mantendrá la ruta que a partir del 2018, por decisión de la amplia mayoría de los mexicanos, tomó nuestro País hacia la democracia real y el bienestar de los mexicanos, dejando atrás la simulación, la corrupción y el régimen de privilegios que prevalecía hasta entonces. Con Claudia Sheinbaum Pardo México seguirá avanzando en esa ruta.
A pesar de las adversidades naturales y de la ferocidad irracional de los grupos que perdieron sus privilegios, la gran mayoría de los mexicanos tenemos claro que los resultados del gobierno de Andrés Manuel López Obrador son positivos, evidentes e incuestionables.
En lo económico, deja un País en crecimiento, con estabilidad monetaria, finanzas públicas sólidas y bajo nivel de inflación, pero, lo más importante son los altos niveles de empleo y de poder adquisitivo del salario, rubros que los gobiernos neoliberales sacrificaron con el argumento de que eran un lastre para la competitividad y el crecimiento económico. El gobierno de López Obrador demostró la falsedad de este argumento, como lo corroboran los resultados económicos que entrega. El mejor reflejo de estos resultados son los montos de inversión nacional y extranjera, que muestran la confianza de los inversionistas en la política económica de la 4t; la reactivación del mercado interno y la tranquilidad social en la que vivimos la gran mayoría de los mexicanos, a contrapelo de la narrativa catastrofista que se empeñan en pregonar los adversarios de la 4t.
En lo social, se establecieron programas para revertir la marginación y el olvido en que mantuvieron los gobiernos neoliberales a millones de mexicanos que subsistían en la miseria, la desesperanza y la resignación. Vale la pena resaltar que, contra el voto de los conservadores, la 4t llevó a rango constitucional estos programas, lo que les confiere permanencia y pone freno a las verdaderas intenciones de los conservadores que es la de eliminarlos, aunque de manera convenenciera digan lo contario en sus campañas. Otro gran avance en el rubro de la justicia social es la recuperación de las pensiones no reclamadas a las afores por los beneficiarios de ellas para crear el fondo del bienestar que le dará certeza financiera a la política social de la 4t en el gobierno de CSP.
En lo político, deja un País en el que se ejercen sin ninguna cortapisa las libertades ciudadanas, se respetan a plenitud los derechos humanos, se acata la voluntad popular y se gobierna con puntual apego a la Constitución.
En suma, con el gobierno de AMLO México ha logrado un avance histórico en la justicia social con absoluto respeto a las libertades democráticas y con un crecimiento económico estable y sostenido. Es evidente que no todos los objetivos se han alcanzado. Hay rubros en los cuales se deberán revisar las estrategias pero no los objetivos porque éstos responden al modelo de País que la mayoría de los mexicanos queremos. Un País con una democracia real, no simulada, en la que mande el pueblo y no las élites; un País con un crecimiento económico generador de bienestar para las mayorías no solo para los magnates y los traficantes de influencias; un País en el que todos los mexicanos tengan garantizados el acceso a la salud y a la educación públicas así como los satisfactores básicos para una vida digna y libre.
La gran mayoría de los mexicanos sabemos que el gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum Pardo llevará este proyecto de transformación a una etapa más avanzada porque así lo garantizan sus convicciones, sus valores y su compromiso con el pueblo de México.
La segunda razón para votar por Claudia Sheinbaum Pardo tiene que ver con la soberanía de México. Los gobiernos neoliberales del pri y del pan entregaron el rumbo del País a los dictados de los organismos financieros internacionales, en gran medida porque la corrupción generalizada y sistemática socavó su escasa legitimidad y los privó del apoyo popular. En esas condiciones, su permanencia en el poder estaba sujeta al sometimiento al poder financiero internacional y a los grupos de poder internos. La corrupción los alejó del pueblo y el pueblo les dio la espalda en 2018. La historia nos enseña que la soberanía de México siempre la defendió el pueblo, no las élites ni los grupos de interés. Solo un gobierno que sustenta su fuerza y su legitimidad en el apoyo popular puede garantizar la soberanía política y económica de nuestro País. El gobierno de Lázaro Cárdenas lo demostró con la expropiación petrolera.
Para decirlo claro, si queremos fortalecer la democracia, avanzar hacia mayores niveles de justicia social y garantizar la soberanía nacional, el voto debe ser por Claudia Sheinbaum Pardo. Con ella en la Presidencia seguiremos avanzando hacia un País más democrático, más justo y más soberano.
De muro de Facebook del Mtro. en Derecho Luis Bárcenas Vázquez
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