SALDOS ELECTORALES.- Escrito y tomado del muro del Mtro. Luis Bárcenas Vázquez.
Apenas se conocieron los resultados electorales del 2 de junio, los cuatro fantásticos de morena empezaron a tirar cuetes por todos lados festinando no solo esos resultados sino también la inminente llegada de morena a la gubernatura en el 2027.
En lugar de convocar a la militancia a realizar un análisis objetivo de la participación de morena en el proceso electoral se apresuraron a celebrar su “éxito” como “operadores” de ese proceso.
Esta convenenciera narrativa triunfalista me recuerda que algunos historiadores dicen que cuando Santa Ana celebraba su victoria en “El Álamo”, el General Almonte les dijo a sus oficiales “otra victoria como ésta y estamos perdidos”. No hubo otra victoria, en el río “San Jacinto” se enfrentaron con la cruda realidad. Si morena no quiere recibir un “jacintazo” en 2027, debemos olvidarnos de la autocomplacencia y ubicarnos en la compleja y áspera realidad. Para eso es necesario revisar con ojo crítico la participación de morena en el pasado proceso electoral en cada una de sus etapas y recovecos. Para empezar, propongo revisar los siguientes saldos del proceso electoral:
PRIMERO: Las candidaturas a los diferentes cargos de elección popular, por más maromas estatutarias que le busquen, fueron producto de arreglos cupulares y decisiones arbitrarias de quienes podían tomarlas. Esto abrió la puerta a los peores vicios que se han convertido en prácticas habituales en Morena, el amiguismo, el nepotismo, la corrupción y el sectarismo.
SEGUNDO: Algunos o muchos pueden argumentar que “haiga sido como haiga sido” se obtuvieron X número de diputaciones locales, presidencias municipales y regidurías. Así pudieron haberse ganado las 15 curules de mayoría y las 18 presidencias municipales, eso no compensa el daño que esas prácticas de simulación y sectarismo causan a un partido político que postula un proyecto de transformación profunda de la vida pública de México. Esas prácticas erosionan la base social de Morena, corrompen su vida interna y debilitan su propuesta política. Los triunfos sustentados en ellas son triunfos envenenados.
TERCERO: Dice el adagio popular que origen es destino. Si el procedimiento por el que fueron decididas las candidaturas hizo a un lado la legitimidad democrática que solo otorga la participación de la militancia o de la sociedad, lo más lógico es que el desempeño de los diputados, presidentes o regidores que llegaron a esos cargos esté más vinculado a los compromisos adquiridos en los arreglos cupulares que a los valores y principios estatutarios de Morena, como ya empieza a ser evidente. Con estos aliados Morena no necesita adversarios.
CUARTO: Cuando le preguntaron a Napoleón si consideraba injusta la restauración en el trono de Luis XVIII respondió “es algo peor, es un error”. Algo similar ocurre en Morena con la apropiación de la facultad de decidir candidaturas al margen de la militancia, además de ser una burla al Estatuto y a la militancia, es algo peor, es un error.
En la elección para presidentes municipales de Querétaro, San Juan del Río y El Marqués, que concentran el 65% de la votación emitida en el Estado, los candidatos de morena obtuvieron un porcentaje promedio del 35.1% de los votos emitidos mientras que Claudia Sheimbaun Pardo obtuvo el 52% de la votación total en el estado. La gran diferencia en los porcentajes de votación es un indicativo de que en estos tres municipios se tomaron pésimas decisiones en la selección de candidatos a presidentes Municipales. La importancia estratégica de estos municipios exigía acciones más responsables en la selección de candidatos por parte de los “operadores” de estos procesos. En lugar de ello, privilegiaron sus propios intereses y proyectos personales antes que el compromiso con su partido.
QUINTO: Los resultados de los candidatos de morena en los municipios que integran el distrito I federal, son una evidencia contundente de lo pernicioso y erróneo de los “arreglos cupulares”. Sólo baste decir que en nueve municipios de este distrito los candidatos de morena, solos o en coalición, quedaron relegados al tercer o cuarto lugar con porcentajes de votación menores al 20% (en tres municipios prácticamente desapareció morena del mapa electoral con resultados menores al 8%) cuando el porcentaje de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum en este distrito federal fue el mayor de los seis distritos federales (59.5%).
Con este breve recuento de algunos saldos electorales de morena en Querétaro solo pretendo documentar la necesidad de que nuestro partido retome la ruta original que marca su Estatuto a partir de un diagnóstico objetivo de su participación no solamente en el pasado proceso electoral sino de su desarrollo como partido político en Querétaro. No podemos ignorar que la fuerza motriz de este partido ha sido, desde su fundación, la figura de Andrés Manuel López Obrador y que su obra de gobierno fue la razón fundamental del avasallante triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo. Mucho menos debemos ignorar que esta fuerza motriz ya no acompañará a morena en los siguientes procesos electorales.
Mtro. Luis Bárcenas Vázquez.
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