4T solo se consumará con Agenda Popular.

La Cuarta Transformación (4T) es una Revolución

Escritor colaborador: Sergio O. Saldaña Zorrilla


La Cuarta Transformación (4T) es una Revolución. Es una Revolución pacífica, pues su vía es la electoral y no la de las armas. Su fin es el Pueblo, por lo que además es una Revolución popular. Así pues, se trata de una Revolución Popular Pacífica, pero al fin de cuentas es Revolución. La historia de las revoluciones está llena de claroscuros: de éxitos y fracasos; de implementaciones, pero también de naufragios; de lealtades, pero también de traiciones; de autenticidad, pero también de farsas.

Desde la óptica de la economía política, si bien la guerra de Reforma del S.XIX en México sí tuvo el mérito de lograr la transición del feudalismo colonial -prevaleciente aún luego de la consumación de la independencia- hacia un capitalismo laico, pero el resultado no fue el ascenso del pueblo al poder. Pues algo es algo, dirá el lector, y con justa razón, pues quitarle el exceso de poder a la Iglesia Católica y a los conservadores mexicanos aliados de monarquías extranjeras no fue poca cosa.

No obstante, el liberalismo económico iniciado por el movimiento de Reforma y más tarde desarrollado por la República Restaurada de Juárez fue llevado a un extremo durante el Porfiriato, periodo en el que se montó una estructura liberal extrema de libertad de empresa, pero con Estado mínimo; de libre movimiento de capitales, pero fomentando el latifundio para lograr economías de escala; de industrialización pero con concesiones poco reguladas fuertemente ventajosas a extranjeros; con una fuerte iniciativa privada, pero con salarios bajos para incentivar la productividad y contener la inflación, etc.

¿Existe diferencia alguna entre el liberalismo y el neoliberalismo?

Así pues, en lo económico no existe diferencia alguna entre el liberalismo y el neoliberalismo; la única diferencia es el momento histórico de su implementación, por lo que la apología al movimiento liberal mexicano del S. XIX debe relativizarse.

El no ascenso del Pueblo al poder luego de la guerra de Reforma en México -y en su lugar, el silencioso y progresivo ascenso de una burguesía liberal a lo largo de las siguientes cuatro décadas- tiene sus similitudes con lo sucedido en la Francia del S. XIX.

El “18 Brumario de Luis Bonaparte”, obra de Karl Marx, inicia así: «La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa«​ (que es una paráfrasis de la frase de Hegel), con la que parodia el Coup d’Etat de 1851 de Luis Napoleón Bonaparte (Napoleón III), golpe que es una burda imitación del original 18 brumario: el golpe de Napoleón Bonaparte de 1799, luego de que el proletariado francés había luchado en la revolución de 1789 junto a la burguesía, pero luego de la restauración de la monarquía en 1815 quedó fuera del poder, ascendiendo solo la burguesía. En el caso de Napoleón Bonaparte, esto fue trágico porque las potencias monárquicas frustraron ese cambio luego de derrotarlo en Waterloo y de la firma de la Convención de Viena de 1815, con lo que gran parte de las reformas legales de Napoleón Bonaparte en favor del lumpenproletariado fueron revertidas. En contraste, en el caso de Napoleón III, 52 años después, ese no-ascenso del proletariado fue un premeditado engaño a la clase obrera.

El resultado de la 4T.

La 4T ha realizado una excelente primera etapa con el gobierno de AMLO, en la que esta Revolución está logrando un creciente ascenso del Pueblo al poder: el poder adquisitivo de las mayorías se ha fortalecido, se han eliminado gran parte de los privilegios -al menos al interior del poder ejecutivo y legislativo-, se han hecho fuertes inversiones en obras de infraestructura social, etc. Sin embargo, la economía política neoliberal no se ha terminado de desmantelar; y no se ha podido principalmente debido a tanto obstáculo puesto por el poder judicial federal.

No obstante, con los resultados electorales del 2 de junio pasado que posibilitarán el Plan C, tenemos todo a favor para consumar ese ascenso del Pueblo al poder. Existen grandes expectativas de que así sea especialmente en las bases del movimiento. Estos cambios son algo que incluso los mercados financieros ya han dado por descontado.

El gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum será el gobierno de la consolidación del fortalecimiento salarial y del gasto público, pues esa es la base de la demanda agregada keynesiana que sostiene la economía; será el gobierno de un Gabinete Popular, donde predominen funcionarios salidos del Pueblo y no de las élites del pasado neoliberal; será un gobierno donde se termine de recuperar la Propiedad de la Nación sobre nuestros recursos y sectores estratégicos; será un gobierno donde el poder económico deje de evadir la ley y los impuestos y no subyugue al poder político; será un sexenio de buenas relaciones y con la debida cercanía pero también con la debida distancia con los EUA; será un gobierno ambientalista que, sin desperdiciar la ventaja de disponer y aprovechar óptimamente nuestros hidrocarburos, transitaremos ordenadamente y financieramente saludable hacia las energías limpias. Muy pronto, la Cuarta Transformación estará consumada.

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