Sorprendente Diplomacia Cultural: México y España 2024

Diplomacia Cultural sorprendente. Los ministros de Cultura de México y España han descongelado las tensas relaciones diplomáticas. Claudia Curiel, secretaria de Cultura de México, recibió a Ernest Urtasun, ministro de Cultura de España, en Ciudad de México. Ambos han firmado acuerdos para celebrar exposiciones conjuntas sobre la «historia compartida» que une a ambos países y las influencias cruzadas que han definido su tradición artística durante siglos.

Historia Compartida: Un Vínculo Cultural

La visita de Ernest Urtasun a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y su parada en Ciudad de México para entrevistarse con Claudia Curiel debe leerse en clave diplomática. Ambos ministros han firmado convenios de colaboración en materia expositiva sobre la historia compartida que une a ambos países. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y el Arqueológico Nacional de España organizarán una muestra en común con perspectiva decolonial sobre la rica historia cultural mexicana, que podrá verse en ambos países.

Además, México tendrá una presencia destacada en la Conferencia Mundial de Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible de UNESCO, Mondiacult, que se celebrará en Barcelona en 2025. Este evento será una oportunidad para que México exhiba su patrimonio cultural y natural, lenguas indígenas y derechos culturales.

Reconciliación Diplomática: Un Mensaje de Paz

La reunión de ambos ministros supone un mensaje para la recomposición de las relaciones bilaterales tras el tenso periodo que atraviesan ambos países desde que se excluyó al rey español entre los invitados a la investidura de Claudia Sheinbaum, celebrada el pasado 1 de octubre. El Gobierno de Pedro Sánchez declinó cualquier representación española si no era la del monarca. Sin embargo, a título particular, ese día estuvieron en el Congreso mexicano algunos políticos españoles, como Gerardo Pisarello, de Catalunya en Comú, la misma formación política del ministro Urtasun. Ambos están integrados en la plataforma Sumar, que encabeza la vicepresidenta Yolanda Díaz en la coalición del Gobierno español.

Ellos son quienes más afinidad mantienen con Claudia Sheinbaum y suponen una buena carta para allanar las relaciones.

Sonrientes, Curiel y Urtasun se han sacado una foto en el Museo Nacional de Antropología de la capital mexicana, una de las joyas culturales del país. Han intercambiado una conversación sobre «bioculturalidad y arte artesanal», y decidido que México tendrá en Mondiacult «un espacio de exhibición sobre patrimonio cultural y natural, lenguas indígenas y derechos culturales». El encuentro Cultura y Ciudadanía, previo al mencionado foro de UNESCO, contará con la participación de un representante de alto nivel de la Secretaría de Cultura de México y maestras artesanas del país.

Cultura como Puente Diplomático

La cultura viene a restañar las últimas heridas abiertas entre ambos países, en un lenguaje compartido, el que pone en valor a los pueblos prehispánicos por su arte y su artesanía, muy en consonancia con el reclamo diplomático que se hizo a la monarquía española y que fue desatendido, para enorme enfado del gobierno mexicano.

En esa «misma línea de exploración de la historia compartida», se celebrarán dos exposiciones, una en la Biblioteca Nacional de España (BNE) sobre la gráfica mexicana y el desarrollo de sus artes visuales, y otra en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura mexicano en la que se explorarán las múltiples y cambiantes relaciones entre el arte mexicano y español de los siglos XIX y XX. Además, una retrospectiva fílmica de Pedro Almodóvar homenajeará al cineasta en México.

Tensiones Históricas: Un Camino hacia la Reconciliación

Las dificultades con España comenzaron en 2019, cuando el anterior presidente, Andrés Manuel López Obrador, envió una carta a Felipe VI en la que sugería la celebración de una ceremonia conjunta en la que la monarquía asumiera la responsabilidad de las atrocidades cometidas en la conquista de México y los años de virreinato. La carta no fue respondida, pero la prensa la hizo pública y la polémica creció como la espuma. El gobierno mexicano interpretó el silencio como un desprecio de la monarquía española y el asunto se ha quedado atorado en las relaciones hasta ahora.

La exclusión del monarca en la investidura de Sheinbaum tensó aún más el asunto. La visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con España como país invitado, ha propiciado el encuentro, en el que se han firmado acuerdos culturales que se leen en clave diplomática. A pesar de todo, Sheinbaum ha declinado asistir a la FIL, según los organizadores, y no se esperan, por ahora, más encuentros con autoridades españolas.

Diplomacia Cultural: Un Puente entre México y España en Tiempos Turbulentos

En un mundo donde las relaciones internacionales a menudo se asemejan a una telenovela con más drama que un capítulo de «La Rosa de Guadalupe», la diplomacia cultural emerge como un bálsamo, un puente para conectar a las naciones más allá de las disputas políticas. Y qué mejor ejemplo que el reciente encuentro entre México y España, dos países unidos por un pasado común, una lengua compartida y un legado cultural que se entrelaza como las raíces de un árbol centenario.

El ministro español de Cultura, Ernest Urtasun, cual Quijote moderno en busca de aventuras diplomáticas, hizo una parada en Ciudad de México durante su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Su objetivo: reunirse con su homóloga mexicana, la secretaria Claudia Curiel, en un encuentro que, más que una simple visita de cortesía, se lee como un intento por recomponer las relaciones bilaterales, un tanto tensas desde que el rey español no fue invitado a la investidura de Claudia Sheinbaum.

Y es que, como en toda buena historia de amor y desamor, la ausencia del monarca en la toma de posesión de Sheinbaum desató una tormenta diplomática. El gobierno español, cual amante despechado, declinó enviar cualquier representación si no era la del rey, dejando a México con un palmo de narices. Sin embargo, como en toda buena telenovela, siempre hay personajes secundarios que intentan apaciguar las aguas. En este caso, algunos políticos españoles, como Gerardo Pisarello, de Catalunya en Comú, se hicieron presentes en el Congreso mexicano a título personal, cual Cupido buscando unir a los enamorados.

Pero volvamos a la diplomacia cultural, esa herramienta mágica que busca tender puentes donde las diferencias políticas han cavado trincheras. Urtasun y Curiel, conscientes del poder del arte y la cultura para sanar heridas, firmaron convenios de colaboración en materia expositiva, con el objetivo de mostrar al mundo la «historia compartida que une a ambos países y las influencias cruzadas que han definido su tradición artística durante siglos».

Uno de los proyectos más interesantes es la muestra conjunta que organizarán el Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano y el Arqueológico Nacional de España, con una «perspectiva decolonial sobre la rica historia cultural mexicana». Esta exposición, que podrá verse en ambos países, promete ser un viaje fascinante por el pasado, un recordatorio de las raíces comunes que unen a México y España.

Además, México tendrá una presencia destacada en la Conferencia Mundial de Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible de UNESCO, Mondiacult, que se celebrará en Barcelona en 2025. Una oportunidad para mostrar al mundo la riqueza cultural de México y su compromiso con el diálogo intercultural.

Tintopía

En esta Tintopía, reflexionamos sobre cómo la cultura puede ser un puente para sanar heridas diplomáticas. La sorprendente reconciliación cultural entre México y España nos muestra que, a pesar de las tensiones históricas, es posible encontrar un terreno común a través del arte y la historia compartida. Claudia Curiel y Ernest Urtasun, con sus sonrisas y acuerdos, nos recuerdan que la diplomacia no siempre se trata de grandes gestos políticos, sino de pequeños pasos hacia la comprensión mutua.

La cultura, con su capacidad para conectar a las personas a un nivel profundo, se convierte en el lenguaje universal que trasciende fronteras y diferencias. Las exposiciones conjuntas y la participación en Mondiacult son ejemplos de cómo dos naciones pueden trabajar juntas para celebrar su patrimonio común y aprender de sus historias entrelazadas.

Mientras tanto, la ausencia de Claudia Sheinbaum en la FIL y la exclusión del rey español en su investidura nos recuerdan que las heridas del pasado no se curan de la noche a la mañana. Sin embargo, cada paso hacia la reconciliación, por pequeño que sea, es un avance significativo. La cultura, en su forma más pura, tiene el poder de unirnos y recordarnos nuestra humanidad compartida.

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