LAS IN-FRACCIONES LEGISLATIVAS.

Luis Bárcenas Vázquez

Llevo muchos años como observador de los avatares de la política. Creo que esta curiosidad malsana empezó cuando mi padre me involucró en sus tareas como autoridad ejidal. Desde entonces se despertó en mi un interés por participar en los asuntos colectivos, primero en el ejido, después en la universidad y, por último, en el servicio público y los partidos.

En todos estos años, he visto lo suficiente para convencerme que, con todo lo repulsiva que pueda ser, la política es un mal necesario en toda sociedad que nos involucra, voluntaria o involuntariamente, a todos sus integrantes.

La política no es otra cosa más que la lucha por el poder y por el presupuesto público. Los matices que separan a los adversarios se refieren a los procedimientos y los fines en el ejercicio de esos instrumentos. En los matices está la clave de la política y por eso su práctica requiere de habilidades específicas y algún nivel de inteligencia, talento le llaman también, para usarlas con eficacia para el beneficio colectivo. O algo que se le parezca.

Cuando estos elementos están ausentes, la política se degrada y se convierte en una trifulca entre pendencieros codiciosos. Llevada al extremo, esta degradación de la política genera el repudio de la sociedad y favorece el surgimiento del autoritarismo en el ejercicio del poder, que constituye la negación de la política. Por su propia naturaleza es inevitable que la política se desgaste y que el discurso repetitivo y simplón de los políticos acabe por fastidiar a la gente, sobre todo cuando los partidos se convierten en aparatos burocráticos anquilosados.

Por eso es indispensable la alternancia en el ejercicio del poder, entre otras cosas, para renovar el interés y la participación ciudadana. Sin embargo, la alternancia pierde todo sentido cuando los partidos degeneran en grupos mafiosos que ponen la franquicia al servicio de sus propios intereses. No hay alternancia que funcione cuando la degradación de la política uniforma a los presuntos adversarios.

El envilecimiento los hace iguales. La trifulca que acaba de ocurrir en el congreso local de Querétaro es una evidencia clara de este proceso degradante de la política que la alternancia no solamente no revirtió sino que, por el contrario, parece que lo aceleró.

IN-Fracciones

Los queretanos nos hemos acostumbrado a que el nivel político se rebaja en cada legislatura local y siempre pensamos que la que está en funciones tocó fondo en esta inercia. Sin embargo la siguiente legislatura nos vuelve a ubicar en la realidad de este espectáculo decadente. Sinceramente espero que la reciente zacapela de los diputados locales provoque una reacción en la sociedad que obligue a los partidos políticos a poner un freno a sus prácticas mafiosas en la selección de sus candidatos.

La reforma electoral que viene puede abrir la oportunidad para que los partidos dejen de lado sus prácticas mafiosas en la selección de candidatos y empiece un proceso de reversión del envilecimiento de la política antes de que sea demasiado tarde y nos llegue la lumbre a los aparejos.

Tomado del muro del Mtro. Luis Bárcenas Vázquez https://www.facebook.com/share/p/17PCJXDh73/

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