MORENA EN QUERÉTARO: EL MOTÍN.

01/11/2024

Morena en Querétaro: El Motín.- Escrito y tomado del muro del Mtro. Luis Bárcenas Vázquez.

Más pronto de lo que se suponía, dos de quienes se apoderaron de las decisiones en morena, conocidos como los cuatro fantásticos, exhibieron sus ambiciones desbordadas y desbarrancaron la supuesta mayoría de la 4t en el congreso local.

Una de las máximas que los priistas aplicaban a la perfección dictaba que para avanzar en la política había que “saber traicionar a tiempo”, lo que implicaba una gran habilidad para la simulación y para “no comer ansias”.

Por lo visto, a dos de los cuatro fantásticos les ganaron las ansias y sacaron sus fierros de la lumbre antes de tiempo, a menos de una semana que la dirigencia nacional vino a convocar a la unidad de morena en Querétaro.

Lo sucedido en la votación para la distribución de las comisiones legislativas no es más que un episodio de la feroz disputa entre los proyectos personales de los cuatro personajes que se sienten y actúan como dueños de morena. Este episodio tiene como antecedente la indigna rebatinga que se dio entre esos personajes por el reparto de las candidaturas y, posteriormente, por la coordinación del grupo parlamentario, la presidencia y demás cargos del congreso local.

Este es el origen del motín que ha estallado en morena…

Sin embargo, resulta curioso que el sinuoso Sinhué quiera remontarse al 2015 para explicarlo, cuando ninguno de los otros tres fantásticos tenía algo que ver con morena en Querétaro. En ese entonces, cobijado por el gobernador Calzada, Gilberto estaba en su segundo periodo en la rectoría de la U.A.Q., practicando el manejo de padrones, en ese caso, el de becarios; Santiago, cobijado por Peña Nieto, estaba al frente de la FEPADE y Luis Humberto, cobijado por los chuchos, ocupaba su curul en el senado.

A Piedragil lo persigue sus historia y sus delirios paranoicos, por eso arguye que este sainete, que incluye su posible expulsión de morena, se remonta al 2015 cuando era el único que hacía y deshacía en morena, (más lo segundo que lo primero). Tal vez por eso se refiera a ese año, cuando, de manera alevosa, impuso al primer presidente del comité estatal de Morena para seguir controlando la vida interna del incipiente partido, estableciendo un vicioso precedente antidemocrático que se ha mantenido hasta la fecha y del que ahora se dice víctima.

Recuerdo que dos meses antes de esa elección, en la “cafetería Borja”, al exigirle que no se entrometiera en el proceso para no hacerle daño al partido, me dijo que “el era un soldado que solo sabía cumplir órdenes” sugiriendo que esas órdenes venían de AMLO, lo cual tiempo después se comprobó que era falso.

A partir de su intromisión en esa elección, Piedragil se apoderó de la conducción de morena con el beneplácito de la presidenta del comité nacional y el sometimiento del presidente del comité estatal, imponiendo como prácticas permanentes el sectarismo y la exclusión de todos los que no se doblaran a sus decisiones. Ahí empezó a malograrse el proyecto de un partido diferente. Al aceptar el resultado de esa “elección” expresé ante los compañeros integrantes del Consejo Estatal que estábamos a tiempo de construir el partido que nuestro estatuto postulaba siempre y cuando el dirigente electo presentara a la brevedad un plan de trabajo que tuviera como premisas la inclusión y el trabajo en equipo.

De otra manera, estaríamos en riesgo de que se cumpliera en Morena el adagio de que “lo que empieza mal, termina peor”.

Lamentablemente lo primero nunca ocurrió y lo segundo no termina de suceder. Este antecedente, no tan lejano, ayuda a entender porque morena se malogró en Querétaro y quien es uno de los principales responsables. El masivo apoyo popular a López Obrador en 2018 y a su obra de gobierno en 2024 envolvió la fragilidad estructural de morena en el mito del “partido político más exitoso en la historia en el mundo”. Lo cierto es que los votos obtenidos en ambos procesos se deben a la confianza que el pueblo de México otorgó, como candidato y como presidente, a Andrés Manuel López Obrador.

Morena solo ha sido el vehículo electoral de este histórico apoyo popular al proyecto de transformación de la vida pública de México. Pero este ciclo de Morena está agotado. Su única opción de sobrevivencia es volver a su origen y construirse como un partido político real. Para ello es indispensable la reactivación de su democracia interna, la renovación de sus liderazgos y el relevo generacional. En esta ruta, las ambiciones desbocadas de los cuatro fantásticos son un gravoso estorbo.